María Beato pionera en el mundo de las instalaciones

María Beato fue la primera mujer en presentarse a un examen de instalador en España

Charlamos con María Beato, primera directiva y socia fundadora de Epyme, historia viva del mundo de las instalaciones. Su negocio, Hidalbe Instalaciones, es el más antiguo del barrio de Los Remedios, y fue también, la primera mujer del país en presentarse a un examen de instalador eléctrico. Con motivo del ingreso de Maite Cubero como la segunda directiva en la historia de Epyme, recordamos los pasos de esta pionera del sector.

“Buenos días María” “Adiós Mari” se escucha en la calle Virgen de Loreto. Allí he quedado con María Beato que a sus ochenta y un años aún gusta de darse un paseo por el barrio y visitar su tienda Hidalbe Instalaciones hoy regentada por su hijo David Cañete.

“Vengo a saludar a los clientes, pocos se han ido” nos cuenta María con una sonrisa. Desde los catorce años esta empresaria sevillana recorre todos los días el camino de su casa hasta su tienda. Una empresa familiar fundada por su padre hace sesenta y cuatro años y dedicada a la instalación eléctrica de viviendas y comercios y a la venta y reparación de electrodomésticos.
“Con catorce años empecé en el negocio ayudando a mi padre” nos cuenta María. “Al principio atendía a los clientes en la tienda, llevaba los libros y el control del almacén. Con el tiempo también gestionaba las incidencias y los partes de trabajo de los instaladores”.

El negocio más antiguo de Los Remedios
 

En 2015 el Ayuntamiento de Sevilla otorgó a María Beato el Giraldillo de Oro de la Ciudad por ser el comercio más antiguo del barrio de Los Remedios. Fundada en 1956 por Antonio Beato, Hidalbe Instalaciones es un verdadero museo de la instalación. Sus rótulos estilo vintage, sus radios y ventiladores antiguos y una serie de imágenes de la Sevilla de los cincuenta adornan el local ofreciéndonos un viaje al pasado.

“Eran otros tiempos, se aprendía la profesión en la calle y trabajábamos muy duro. Recuerdo que durante muchos años no tuve un sueldo propiamente dicho, todo lo que ingresábamos era para pagar a la plantilla, proveedores y el resto (a veces poco) pasaba directamente a la economía familiar” rememora María.

Me habla de jornadas interminables de como mínimo doce horas “A veces era extenuante, pero me gustaba estar en contacto con los clientes, aún hoy preguntan por mí. En aquella época no teníamos horarios establecidos, se trabajaba todo lo que se podía. A veces mi padre llegaba por la noche y tenía que volver a salir para resolver una avería, incluso sacaba tiempo para hacer algún bolo con una de sus pasiones: la guitarra española y la música. Trabajábamos también los fines de semana, nos íbamos en la furgoneta a vender electrodomésticos por los pueblos de Sevilla, lavadoras, radios, planchas, ventiladores, de todo”.

Primeros pasos de María en la Asociación de instaladores de Sevilla

Son las doce de la mañana y en la tienda la actividad es frenética. David prepara un pedido de un cliente, Belén está al teléfono atendiendo una consulta sobre la factura eléctrica, un trabajador marcha hacia una instalación, otro cliente espera con su resguardo para recoger una plancha industrial recién reparada. Se va formando una fila en la que vienen a preguntar por bombillas, una batería CR2032, más adentro en el taller otro operario realiza la reparación de una lámpara antigua.

Mientras esperamos a que disminuya el ajetreo para hacer unas fotos María me comenta sus primeros años en Epyme, cómo a finales de los setenta se fue profesionalizando el oficio de instalador eléctrico, aparecen los primeros exámenes, los FP`s de electricidad, las primeras asociaciones y cursos específicos.

“Todos los instaladores que llevaban años trabajando y conocían el oficio fueron a sacarse el carné. Epyme fue el primer foro en el que nos reunimos los pequeños instaladores y allí los instaladores de toda la vida comenzaron a conocerse y a profesionalizarse” puntualiza María.

Es entonces cuando se incorpora a la Junta Directiva de Epyme, primero como vocal y luego como tesorera, siendo la única mujer en un mundo reservado a los hombres. El trabajo en la Asociación pasó a ser otra de sus responsabilidades y recuerda con enorme cariño el compañerismo y el trabajo realizado en la Asociación.

“Lo pasamos muy bien aquellos primeros años en Epyme. Las reuniones hasta altas horas de la noche, los cursos, las primeras cenas de gala, sentíamos que hacíamos algo importante por el sector y desde cero” agrega María.

Entre sus distinciones guarda con cariño el pin de oro de la Asociación, entregado por sus veinticinco años de socia de Epyme. Hoy, Hidalbe Instalaciones continúa como empresa asociada y recientemente su hijo David Cañete ha sido elegido como vocal para incorporarse a la nueva Junta Directiva.

Primera mujer en presentarse a un examen de instalador
 

A mediados de los ochenta esta empresario sevillana se pone al frente del negocio familiar “mi padre falleció en el ochenta y cuatro, incluso en su último día estuvo trabajando”. Es entonces cuando se hace realidad el proyecto de presentarse al examen de instalador eléctrico autorizado, convirtiéndose en la primera mujer en el país que realizaba la prueba.

“El examen teórico me pareció muy fácil, para ese entonces ya tenía un largo recorrido en el mundo de la instalación y saqué una de las mejores notas. En la prueba práctica no me fue tan bien, era una prueba dura sobre todo porque no estaba acostumbrada al trabajo físico en las instalaciones, aunque creo que el examinador fue especialmente mijita conmigo” me comenta María con media sonrisa.  

Meses más tarde su hijo, David Cañete, terminaría los estudios de FP de electricidad para convertirse en el instalador autorizado de la empresa y en la tercera generación a cargo de Hidalbe Instalaciones. Hoy lleva un negocio familiar en el que se respira tradición e historia de la instalación junto a su mujer Belén y dos operarios.


¿Llegará una cuarta generación a Hidalbe Instalaciones?

Le preguntamos a María sobre la posibilidad de una cuarta generación en Hidalbe Instalaciones y por la subsistencia de negocios tradicionales como el suyo en pleno siglo XXI.
“Pues quien sabe hijo, la lucha es diaria, pero mucha gente sigue viniendo y seguirá viniendo porque la cercanía y la atención que aquí le damos es un plus. Tampoco sé si habrá una cuarta generación, muchas veces mi nieta, que tiene once años, cuando sale del colegio se pasa por la tienda y se pone a ordenar los papeles y las cajitas. Me recuerda un poco a mí”.

Detalles

  • Autor: Epyme
  • Tipo: Entrevista
  • Publicado: 20 noviembre 2020
  • Sector Used: Instalación
  • Interés: Medio

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