El instalador agente clave en la nueva Ley de Cambio Climático

El Gobierno ha impulsado esta Ley pensando en que funcione como una palanca de recuperación tras el paso de la pandemia. El proyecto de Ley prevé una apuesta decidida por las renovables, la movilidad sostenible y eléctrica y la rehabilitación de edificios como elementos clave.

Respuestas a la crisis climática y a la crisis sanitaria

Esta nueva iniciativa del Gobierno articula la respuesta transversal del país al desafío del cambio climático, al que España es especialmente vulnerable, basada en principios de desarrollo sostenible, justicia social, resiliencia, precaución y no regresión de los avances logrados, protección y promoción de la salud pública, mejora de la competitividad de los sectores productivos y cooperación entre Administraciones. 

En un contexto de reactivación de la economía frente al COVID-19, el proyecto facilita las señales adecuadas para aprovechar todas las oportunidades en términos de modernización de la economía, de la industria, de la generación de empleo y de la atracción de inversiones que abre el tránsito hacia una prosperidad inclusiva y respetuosa con los límites del planeta. Lo hace en línea con el Pacto Verde Europeo, que será uno de los ejes del marco de recuperación que ultima la Comisión Europea.

Ante este escenario el instalador debe posicionarse como agente tecnológico clave, para materializar proyectos de eficiencia energética, vehículo eléctrico, rehabilitación de edificios e instalación de sistemas sustentados en el uso de energías renovables.

Cinco puntos a destacar de la Ley

1. Descarbonización en 2050. Para 2030 se pretende llegar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española en un 20% con respecto a los datos recogidos en 1990. El objetivo a largo plazo pasa por la descarbonización de la economía en el 2050.
2. Energías renovables y eficiencia energética. Es uno de los ejes claves del proyecto de Ley. Así se establece que para el 2030 el 35% del consumo de energía final deberá ser de origen renovable. Así mismo, la presencia de energías limpias en nuestro sistema eléctrico debe ser para el final de la próxima década de un 70%.
3. Movilidad sostenible y vehículos eléctricos. La nueva ley pone en el punto de mira a los coches contaminantes, ya que plantea en 2040 la erradicación del mercado de los vehículos que no sean cero emisiones y la prohibición, en el 2050, de su circulación. Para ello se impulsará una red de recarga de vehículos eléctricos, se promocionará la movilidad sostenible y se desarrollará un programa para la reducción de la contaminación del transporte aéreo y marítimo.
4. Ciudades sostenibles. En las grandes ciudades, municipios de más de 50.000 habitantes, se habilitarán espacios de bajas emisiones y se deben desarrollar programas de promoción del transporte público y el uso de la bicicleta.
5. Estrategia de transición justa. La nueva norma pretende la creación de nuevos perfiles profesionales y puestos de trabajo en el cambio de modelo socioambiental. También se calcula que tendrá impacto en la pérdida de trabajos convencionales y para ello se articula una estrategia de Transición Justa con la participación de los agentes sociales y las comunidades autónomas.